15 may 2013

Normas básicas en una excursión

Hace unos días he realizado una excursión a La Pedriza con 165 alumnos de 2º ESO. La idea inicial consistía en realizar una ruta de, aproximadamente, 7 km. La mañana era ideal para andar, con 18º de temperatura y el sol medio velado por cirrostratos. Iniciamos la marcha desde el Tranco, tras una breve explicación sobre sobre el modelado realizado en garganta Camorza por el río Manzanares.
Nos habíamos subdividido en 4 grupos para que las explicaciones de cada profesor fueran más ágiles y comenzamos la ascensión por la senda carboneras. A los 15 minutos ya tuvimos que empezar a parar porque algunos alumnos ya no podían con su alma. Diez minutos después comprendí que los objetivos que me había propuesto eran ya inviables. el panorama era desolador: niños de 12-13 años con menos fondo físico que un champiñón y alguna que otra niña vomitando por no haber desayunado en casa antes de la excursión. Tras llegar al mirador del Tranco y descansar unos 15 minutos, continuamos la ascensión con 165 walking dead hasta la Gran Cañada.
Allí nos esperaban 3 simpáticos caballos que mendicaban los bocatas de los niños y éstos, como lo más cerca que habían estado de un caballo era en alguna aplicación de su móvil,  les empezaron a rodear y poner nerviosos, con lo que alguna niña se llevó en su antebrazo, de recuerdo, alguna dentellada equina.
Tras situar a los alumnos en lugar seguro, les invitamos a subir hasta el que era el objetivo de la excursión, El Elefantito. Sólo subieron 35 alumnos, que disfrutaron de las magníficas vistas que hay desde lo alto de la garganta de las Cerradillas.
Después, otra vez todos reunidos, iniciamos el descenso hacia Canto Cochino, por el cordel de la pedriza. Decidí situarme a la cola del grupo, para comprobar que todo iba bien, sin saber que me esperaba abajo, la peor sorpresa del día: montones de niños bebiendo directamente del río Manzanares, simplemente porque tenían sed, ya que se habían bebido todo el agua en el ascenso.
Como era de prever, algunos han visitado el wc los días posteriores, con mayor asiduidad de la que hubieran deseado.
¿Es que no conocen estos adolescentes tan urbanitas las normas básicas de una salida al campo? ¿Qué será de ellos cuando tengan mi edad?.
Aquí os dejo algunas imágenes de la salida.





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